Hospital de palabras
Sea esta la primera vez
un sonido casi con sentido.
Palpitan los verbos de placenta
y palabras-peces
coletean a la luz de un sol inclemente.
Sea una nana incomprensible
en la que mecer el miedo.
Aullidos de ambulancias
que rajan el vientre a la ciudad
con la urgencia de la muerte.
Sea la enfermedad
de una frase esquizofrénica que cae
rota y ronca en el vacío del pozo:
Se escucha el eco de una piedra.
Entre el decir y el callar
fuera de contexto
diálogo ininteligible
de un idioma familiar
transformado en fantasmas de niebla.
Mágicos encuentros fruto del azar
meticulosamente trazado.
Sea este hablar agujereado
mar inmenso que se suicida
en una pequeña regadera.
Vocales convalecientes.
Me pican enjambres de consonantes.
Breves luciérnagas en noches de verano
al borde de la extinción
golondrinas del atardecer.
Encuentro un nido
la palabra clave:
Tesoro repentino.
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