Vengo muerto por la calle.
Músicas que caéis
como ascuas de fuegos artificiales
lo único inexcusable
son las citas del deseo.
En ese voluptuoso tallo
oigo mi yo ajeno a la humanidad.
Lo sutil aletea en mil figuras
esta mi garganta de egos
y esquizofrenia despierta.
Un atroz consejo:
Vengo muerto por la calle.
En los rincones hay un libro
de páginas ardiendo
lo que nadie dirá
en la lengua de un idioma nuevo.
Queda ello escrito.
Es ayer todavía hoy.
Tomo nota.