La música crepita
con incesante lujuria
crepúsculos de rosas muertas
en los alrededores sembrados de bombillas.
Los cráneos revueltos
esferas del espíritu
que el viento jadea.
Exterminio
hasta la boca de labiados dedos
en las que enajenado
el firmamento se abre
a las profundidades
donde encuentra
las algas del espanto.
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